Cefalea tensional
Cefalea tensional
La cefalea tensional es una forma común de dolor de cabeza que afecta a muchas personas en todo el mundo. Se caracteriza por una sensación de presión o tensión en la cabeza, generalmente descrita como una banda apretada alrededor de la frente o la parte posterior del cráneo. Aunque no suele ser debilitante, puede ser molesto y afectar la calidad de vida de quienes la padecen.
Las causas exactas de la cefalea tensional no están completamente detectadas, pero se cree que varios factores pueden contribuir a su aparición. El estrés emocional y físico, la tensión muscular en el cuello y los hombros, la mala postura, la falta de sueño, la fatiga ocular, el consumo excesivo de alcohol y la deshidratación se consideran factores desencadenantes comunes. Además, algunos estudios sugieren que ciertos cambios en la química del cerebro, como la disminución de los niveles de serotonina, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la cefalea tensional.
La cefalea tensional se caracteriza por una variedad de síntomas que pueden variar en intensidad y duración. Los más comunes incluyen dolor y presión en la cabeza, sensibilidad en el cuero cabelludo, los músculos del cuello y los hombros, rigidez en el cuello, sensación de opresión en la frente o la parte posterior del cráneo y molestias al masticar. En algunos casos, las personas también pueden experimentar sensibilidad a la luz y al ruido, fatiga y dificultad para concentrarse.
El tratamiento se basa en aliviar los síntomas y abordar las causas subyacentes. En primer lugar, se recomienda identificar y evitar los desencadenantes conocidos, como el estrés y la mala postura. Se pueden implementar cambios en el estilo de vida, como practicar técnicas de relajación, mejorar la ergonomía en el trabajo y mantener una buena higiene del sueño.
En cuanto al alivio del dolor, los analgésicos de venta libre, como el paracetamol o el ibuprofeno, pueden ser eficaces para muchos casos de cefalea tensional leve a moderada. Sin embargo, se debe tener precaución para no abusar de estos medicamentos, ya que su uso excesivo puede provocar un efecto rebote y empeorar los dolores de cabeza.
Además, existen otras opciones de tratamiento que pueden ser recomendadas por un médico, como los relajantes musculares para aliviar la tensión en los músculos del cuello y los hombros, la fisioterapia para mejorar la postura y fortalecer los músculos, la terapia cognitivo-conductual para manejar el estrés y la ansiedad, y en casos más graves, se pueden prescribir medicamentos específicos y realizar una valoración médica para descartar el dolor como síntoma de alguna enfermedad subyacente que requiere atención profesional.